sábado, 22 de noviembre de 2008

Realmente escuchamos....?

Cada mañana espero el autobus a las 9.15 h. Los fines de semana tiene un encanto especial ese trayecto de 15 minutos que me acerca a mi lugar de trabajo. En esos días los viajeros no son los habituales, fuera de la rutina laboral puedo observar rostros e historias distintos y esa tarea me divierte.
Puntual llega el autobus y cómo se agradece esa puntualidad cuando el frio de la mañana aprieta. Saludo al conductor y él muy amablemente responde a mi saludo, a él le tranquiliza ver una cara conocida.
Me siento siempre al final del autobus, eso me permite tener una visión completa de todo lo que ocurre dentro del vehículo. Delante dos señores de mediana edad comentan las noticias del periódico, una joven habla por el móvil con su novio, lleva maleta y por la expresión de alegría de su cara se reencontraran en unas horas. En la parte central un grupo numeroso de ancianos conversan animados sobre el plan previsto para hoy, han decidido pasar la mañana visitando el Prado y planean el lugar donde comerán después, A su lado un matrimonio de edad similar les observa en silencio con cierta envidia. Ajenas a la conversación dos mujeres sudamericanas miran perdidas por las ventanas del autobus.

Es temprano y sábado, las calles están vacias y el trayecto parece que se acorta. Nadie espera en las siguientes paradas y todos los viajeros tenemos como destino el final de la línea , Atocha

Ya se divisa la Plaza y las dos mujeres sudamericanas hace tiempo que conversan nerviosas.
Una le insiste a la otra que deben preguntar a alguien si falta mucho para llegar a Piramides. Por fin una se anima y se dirige a la mujer del matrimonio que viajaba solo.
Por favor falta mucho para Pirámides?
La mujer no le contesta y le pregunta a su marido... Paco te preguntan por Pirámides, que si falta mucho.....
Pirámides? hace tiempo que pasamos...
La dos mujeres lanzan un grito y se levantan de sus asientos hacia la puerta del autobus. Si hubieran podido se hubieran apeado en marcha
....Ya te lo dije que preguntaras!!!! Te lo dije.!!!
Salvo la joven que continua hablando por el móvil, todos interrumpen sus quehaceres y comienzan a opinar entre ellos del tema
...Pues que se apeen ahora y vayan marcha atrás comenta el más hablador del grupo de ancianos
Paco y su mujer que conversan inicialmente entre ellos acaban uniéndose a los visitantes del Prado
....Que le digo a mi mujer que cojan esta linea en sentido contrario hasta Piramides comenta Paco al cabecilla del grupo
....O si no que vayan hasta el final de esta línea y tomen alli otro autobus, el 34 o el 41 que las deja cerca , le responde el otro
La mujer sudamericana continuaba gritando a su compañera que permanecía callada
Te lo dije!!! Teníamos que bajarnos en Pirámides y allí preguntar como llegar a Marqués de Vadillo. Te lo dije!!!!
La esposa de Paco se anima a participar en el corrillo
.......Que digo yo que si no quieren apearse ahora , que se apeen luego y se suban al 19 que las lleva a Pirámides.
.....Señora será el 119 le responde un señor de cabello y barba blancas
.....Pues eso lo que digo yo, el 19 replica la Doña.
.....Que se apeen en la próxima, vuelvan a Embajadores y allí pregunten comenta un avispado
.....Que se vuelvan andando, total todo derecho no tiene perdida
La escena me estaba pareciendo divertida y me decidí a intervenir
.....Que estas dos mujeres quieren ir realmente a Marques de Vadillo comenté, el 119 desde atocha
Lo repetí una segunda vez.....
.....Señores que no quieren ir a Pirámides.......
Pensé en acercarme a las interesadas y darles la información pero no me dió tiempo
......Señores que las dos señoras ya se han bajado del autobus
La mujer de Paco me mira y sin decirme nada le comenta a su esposo
.....Que dice ese chico que se apeen en Marques de Vadillo y desde allí vayan a Pirámides

El autobus finalmente llegó al final del trayecto y los pasajeros comenzaron a descender de él mientras seguían discutiendo si las dos mujeres debían volver a Pirámides andando, apearse en marcha o hacer trasbordo en Budapest.

Me quedé el último dejando paso a la joven que hablaba por el móvil, me sonrió y la vi perderse corriendo con su maleta camino de la estación.

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